Desde los tiempos de Borges, Macondo y los mares en los que los dioses de la palabra danzaban, los humanos hemos buscado formas de expresar, a través del arte de la escritura, aquellos pensamientos encontrados que pugnan por escapar de nuestro interior. Una herramienta fundamental en esta búsqueda es el texto de contraste, que mediante el juego de espejos y oposiciones formula nuevas visiones y perspectivas, haciéndonos partícipes de un duelo imaginario en el que el alma va desvelando sus tesoros oscuros. Pero, ¿qué es exactamente un texto de contraste y cómo se crea?
Adentrándonos al corazón del contraste
La esencia de estos textos se encuentra en la diferencia u oposición entre elementos que coexisten en una misma realidad. Pueden ser personas, objetos, colores o conceptos que chocan y se desafían en un duelo intelectual o estético. La vida misma está llena de contrastes, como aquella vez en que me encontré frente a frente con una serpiente de color verde intenso en el páramo de Leteo y, a pocos metros, un ave de brillante plumaje rojo pasión levantaba su vuelo hacia el firmamento.
El susurro de los niveles
El contraste no es exclusivo de la imagen, también se encuentra en el sonido y los movimientos, entre otros. Este fenómeno se manifiesta en más de un nivel, de la misma manera que se puede encontrar ese sabor agridulce que nos recuerda que vivir es un asombroso equilibrio entre el dolor y el deleite.
Más allá de la poesía
Si bien es cierto que la poesía es un manto donde el contraste brilla con luz propia, sus encantos no se limitan a las líneas líricas. En el ámbito académico y literario, los textos de contraste sirven para clasificar ideas y extraer conclusiones a través del análisis de ambas ideas expuestas. Uno de los poemas que mejor lo ejemplifican es “No te salves” de Mario Benedetti, donde la oposición de imágenes en negativo y positivo convierte cada estrofa en un lienzo de luz y oscuridad.
Pequeños desafíos para grandes contrastes
La construcción de un texto de contraste requiere un cuidado especial al emplear conectores lógicos que resalten las diferencias entre los elementos presentados. Estas uniones verbales son las amarras de un navío que se aventura en las tempestades de la realidad. Entre ellos, podemos rescatar algunos como “De”, “Por ejemplo”, “Por el contrario”, “En cambio” y otros tantos.
La estructura del contraste
Un detalle fundamental para que el contraste tenga éxito es que las partes comparadas posean una estructura gramatical similar. Este equilibrio esquelético permite que el lector pueda apreciar con mayor facilidad y efectividad las diferencias y semejanzas, al igual que lo haría ante dos bailarines enfrentados en un duelo de movimientos sublimes.
El arte y la vida: escenario de contrastes
Muchas obras literarias, trabajos de investigación y creaciones artísticas hacen uso de textos de contraste para abordar con destreza y resaltar las divergencias.
- Las playas del norte y del sur de un mismo país.
- Huracanes y tornados como fenómenos meteorológicos.
- El Polo Norte y el Polo Sur como regiones geográficas.
- Casas y apartamentos como formas de vivienda.
- Libre comercio y proteccionismo como formas de regulación de la economía.
- Metas y objetivos como conceptos.
- Prosa y verso como formas de texto.
- Ciencias formales y ciencias fácticas como ramas de la ciencia.
- Racionalismo y empirismo como corrientes filosóficas.
A veces, nuestras ideas se transforman en río que fluye hacia la inmensidad del océano, donde el contraste con otros afluentes y elementos nos muestran una verdad iluminada por el espejo de la propia existencia. Y así, sigo mi camino hacia la eterna búsqueda de nuevas perspectivas, con la convicción de que el contraste es un recurso esencial para nutrir mis textos y para encontrarme con esos otros corazones errantes que comparten mis mismas preguntas.